Agua Florentina proviene de la cordillera de Los Andes, del sector de glaciares de alta montaña propios del cordón montañoso del Aconcagua, ubicada a 1700 mts de altura en la ladera nororiente del cajón Andino de Río de Blanco, bajo la cumbre denominada “la muela del diablo”, a 30 km del límite con Argentina. La alta montaña protege y mineraliza nuestra agua de una manera única, preservando su pureza, lo que genera una composición físico química balanceada, naturalmente alcalina, permitiendo una mejor hidratación.
Cuando consumimos agua Florentina estamos ingiriendo un alimento, ya que por ser de origen subterráneo, el agua en su trayecto y contacto con el subsuelo, se convierte en una solución de iones minerales y de gases disueltos, que se incorporan al cuerpo de manera más efectiva.
Desde que agua Florentina brota, hasta el fin de su proceso de envasado, el único tratamiento que recibe son diferentes filtraciones en distintos momentos de su recorrido hasta llegar a la planta de proceso, que también son de diferente granulometría, logrando eliminar físicamente toda clase de posibles impurezas, sin alterar las propiedades del agua, para así poder entregarte un alimento lo más natural posible y sin tratamiento químico alguno.
¿Por qué artesiana? Ésta es una palabra utilizada en geología para describir el fenómeno del agua subterránea que se encuentra confinada entre dos capas impermeables, y que es sometida a una presión hidráulica que empuja el agua hacia la superficie, en otras palabras, el agua Florentina brota naturalmente de la tierra.
¿Por qué pura? Porque al ser un agua que emana de la naturaleza no requiere adicionarle ningún tipo de químico para poder ser consumida, es pura, cristalina y viva.
¿Por qué balanceada? Nuestra agua te entrega un balance de minerales e hidratación que permite que tu cuerpo se equilibre, al ser naturalmente alcalina, ayuda a reducir los niveles ácidos que produce el cuerpo y que se ingieren con otros alimentos.